Empieza la travesía: el primer barco de gas surca los mares desde EE.UU.

Juan Vila, presidente de GasINDUSTRIAL

 

Hace solo cinco años, resultaba imposible hasta imaginarlo. Quién se atreviera a afirmarlo habría sido tachado de loco. Pero el 24 de febrero, la utopía se hacía realidad y el primer barco de GNL, con unas 60 000 t de carga, abandonaba la terminal de Cheniere, en Sabine Pass (Luisiana),  rumbo a la única central de gasificación de Petrobras. El destino histórico podría haber sido España, pero Brasil pagaba un poco más y se llevaba el premio.

Este cambio de paradigma tendrá influencia en los precios en América y en Europa, lo que se verá en dos o tres años, a medida que las cinco terminales restantes -pertenecientes a varios grupos ahora en construcción-, estén a pleno rendimiento. Para entonces, las líneas de licuación podrán cargar alrededor de 200.000 toneladas de gas al día y eso sí se va a notar en todos los mercados, ya que representa unas tres veces el consumo actual de nuestro país.

 

Además, tal cantidad de gas requiere un enjambre de tubos nuevos y reversión de flujos  en otros, algo que, junto al hecho de que cada tubo pertenece a una empresa diferente, confundiría a un premio Nobel en matemáticas. Todo vale y todo se coordina para traer el gas de los campos de Utica y Marcellus a las plantas de licuación. 

 

De momento, solo Cheniere Energy licuará gas desde sus dos primeros trenes en Sabine Pass. Uno ya está en funcionamiento, otro a punto de acabar y dos más estarán listos el año próximo. Varias terminales de Cheniere y empresas están en diferentes fases de construcción y totalizarán doce trenes o líneas de licuado. En cualquier caso, Cheniere ha comprometido, por un lado, capacidad de tubo para llevar el gas hasta las plantas de licuación, y, por otro, ha firmado unos 13 contratos (Sales and Purchas Agreements o SPA) con Off-Takers para aprovisionar gas, licuarlo y cargarlo en barcos.

 

Cheniere, la mayor de las empresas licuadoras no es una ONG; se está gastando 2.000 millones de dólares por tren y piensa cobrar por sus servicios. Por un lado, para aprovisionar de gas cobrará un sobrecoste ya negociado de un 15% del Henry Hub y, por otro, cobrará por la licuación entre 2,25 y 3,5 $/MMBTU (dólares por millón de BTU).

 

Así las cosas, Gas Natural, Endesa e Iberdrola han firmado contratos SPA con Cheniere por 20 años (take or pay) para un total de unos 12 bcm/a, cerca de la mitad de lo que se consume en España hoy. Su estructura de costes en $/MMBTU, es aproximadamente la siguiente:

 

-Henry Hub (este año)   2,0

-Sobreprecio (0-15 %)    0 - 0,3  (teóricamente no negociables)

-Licuación                         2,49 - 3,5 (costes negociados con las empresas españolas)

-Transporte a España     0,4 - 0,5

-Total  (ahora)                  4,89 - 6,30 $/MMBTU

 

Para convertir a €/MWh, si el dólar está a 1€ = 1,1 $ se debe multiplicar por 3,1. Así el precio en puerto español estaría entre  15,1 - 19,5 €/MWh

 

La primera conclusión es que el gas no faltará. La segunda sería que parece paradójico que los costes de licuación sean mayores que los de la materia prima. Las negociaciones de Cheniere con todos sus clientes se llevaron a cabo en 2014, cuando el precio del gas estaba muy alto, por lo que no se puede descontar una futura -aunque muy dura- renegociación. Una tercera conclusión es que este gas de América estará sobre la mesa de negociaciones en los futuros contratos con Argelia o Rusia. El paradigma del gas acaba de empezar a cambiar.

 

Juan Vila, presidente de GasINDUSTRIAL

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