Nueva senda en el gas

Juan Vila, presidente de GasINDUSTRIAL

 

El diccionario inglés define “hub” como centro de actividad intelectual o comercial; es, también, un aeropuerto por el que una línea aérea despacha una gran parte de su tráfico. En los intercambios de gas, un hub es, metafóricamente hablando, como un “gran tubo” en el que convergen tubos de gas de varios suministradores y desde el que salen conductos más pequeños que llevan el gas a miles clientes. Esta sencilla imagen nos ayudará a reflexionar sobre la misión y objetivo del Hub Ibérico del Gas.

El precio de gas en ese “gran tubo” depende de la oferta y la demanda en cada momento y se negocia hora a hora, día a día, mes a mes o a futuros. En orden a que tenga la máxima utilidad para sus usuarios, debe ser público e igual para todos los participantes en aquel preciso momento. El hub es, sobre todo y ante todo, una referencia de precio desde la que compradores y vendedores pueden tomar decisiones y para que este sea un verdadero benchmark en precio ha de tener profundidad, liquidez, transparencia y ser capaz de atraer un número considerable de participantes.

 

Tras dificultades y retrasos, el Hub Ibérico -Mibgas- comenzó su andadura a mediados de diciembre de 2015. Fue una gran noticia para las industrias que suponen el 65% de todo el gas consumido en España. El Hub Ibérico significa un cambio total de paradigma que reformará no solo la liturgia sino las mismas bases del mercado de gas. Ahora todos los actores deberán ajustarse, de modo lento pero seguro.

 

La historia de los hubs europeos no es reciente. El NBP británico arrancó en 1996; el belga lo hizo en 2000; el holandés TTF y el italiano PSV, en 2003; el alemán EGT, en 2006, y el Gaspool en 2009. Todos emularon de algún modo al Henry Hub, un punto físico en medio de un laberinto de tuberías en Erath (Luisiana), que gestiona para Nymex y CME (Chicago Mercantile Exchange) cerca de 400.000 contratos de gas diarios, representando el tercer mercado mundial de mercancías a futuros. Obviamente, esto no se logra porque los astros se alineen repentinamente sino que el Henry Hub lleva 26 años en funcionamiento, amargando y alegrando los desayunos de productores, vendedores, transportistas, especuladores y compradores de gas.

 

Hasta ahora, el Henry Hub era un mercado afectaba a Estados Unidos, Canadá y México, pero cuando Cheniere Energy empiece a exportar GNL desde Sabine Pass, tendrá alcance e influencia mundial. Y todo por culpa de unos cientos de empresarios locos que empeñaron sus ahorros y camelaron a sus bancos -con un poder de convicción solo igualado por los vendedores de crecepelo-, para desarrollar algo a lo que las grandes petroleras se habían negado en redondo por incierto y arriesgado, el shale gas. Y encontraron tanto que, si no quieren arruinar el precio, tendrán que exportarlo a Europa y Asia, cosa que harán en los próximos años a través de al menos siete terminales de GNL.

 

Volviendo a Europa, la revolución no está en que los contratos bilaterales -comprador y vendedor a precio especificado en un acuerdo- desaparezcan, sino en que la referencia o benchmark del precio sea diferente cada día. En el Reino Unido, un 50 por ciento del gas ya se compra en el Hub NBP, mientras que en Francia es un 25 por ciento, o en Holanda un 20 por ciento. Estos hubs funcionan ya en su plenitud, cada uno dependiendo de la cultura empresarial de los industriales y de los suministradores.

 

En España, Mibgas arranca lentamente. Es un cambio de estrategia de suministro que tomará su tiempo. Además, se dan una serie de circunstancias que no llenan el Spinnaker de viento. La primera, que el mercado arrancó a finales del año, cuando las empresas ya habían negociado sus suministros para este ejercicio. Habrá que esperar a finales de año hasta que compren en Mibgas. La segunda es que la burocracia para comprar gas en el hub no está pensada para débiles de espíritu. Deberá tender a simplificarse. Además si hay desequilibrios entre oferta y demanda, deberemos esperar a un informe de la CNMC que será ya a finales de año y sin el que el Ministerio de Industria no puede actuar. Y finalmente, la cuarta circunstancia que ralentiza el tema es la insuficiente conexión de gas con Francia, así que debemos utilizar nuestra influencia en Bruselas para que esta ampliación a través de los Pirineos se haga realidad.

 

Mibgas es la herramienta más importante puesta en marcha por un gobierno en los últimos diez años para la competitividad de la industria española en el área energética, específicamente en gas. Puede hacer que los industriales españoles seamos competitivos energéticamente con respecto a los del centro de Europa. Ahora, como lo demuestran los precios del hub, no lo somos y la diferencia ronda el 15 por ciento. La industria española es un pilar fundamental de la recuperación con sus exportaciones y necesita energía competitiva.

 

El primer paso está dado y abre una nueva senda. Es imperiosa y absoluta obligación del gobierno entrante, de la CNMC, de Enagás, de Mibgas, de los comercializadores y de los consumidores, velar para que el mercado funcione con la adecuada transparencia y liquidez para que el hub español devenga un auténtico benchmark.

 

Juan Vila, presidente de GasINDUSTRIAL

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