Qué solo se quedó el gas español en Bruselas

Juan Vila, presidente GasINDUSTRIAL

 

Me sentí solo, la semana pasada, en Bruselas. Pensé que el gas, ese elemento tan indispensable para la transición energética, para hacer electricidad cuando no hay sol ni viento, para calentar los hogares en invierno, para cocinar suculentos platos… y para, entre otras muchas importantes misiones, hacer funcionar a la gran mayoría de industrias de este país -¡casi nada!- tenía poca importancia para nuestra gente.

Era una reunión de trabajo con más de noventa personas de ENTSOG, (European Network of Transmission System Operator for Gas), en la que, representando a España, estábamos únicamente un colega de Gas Natural Fenosa y yo.

 

Y no es que la reunión fuera de puro trámite, para nada era una cuestión de pasar el rato. Era un workshop destinado a la implementación de las tarifas del Código de Red, un ejercicio de transparencia que va a permitir a todos los actores relacionados con el gas, como son los comercializadores, clientes, importadores o exportadores, tener una idea exacta de cuánto les va a costar llevar el gas desde un punto continental a otro, en la actualidad y en el futuro, a corto, medio y largo plazo.

 

Este asunto arrojará luz, aportará transparencia sobre cuestiones relevantes hoy todavía totalmente opacas. Permitirá que sepamos quiénes tienen las reservas de capacidad a largo o a corto plazo; que conozcamos cualquier cambio de tarifas instantáneamente; nos facilitará consultar en tiempo real posibles costes de red desde cualquier punto de Europa a cualquier punto de Europa, y nos informará sobre los posibles descuentos por interrumpibilidad.

 

Con la implementación de las tarifas del Código de Red, al final, los resultados se verán plasmados en forma de transparencia del sistema y acceso a la información; incrementos de eficiencia en el transporte, optimizando la capacidad disponible; y costes más bajos

 

En Holanda, tras la puesta en marcha de los Códigos de Red han conseguido rebajar un 20 % el coste de transporte; responsabilidad y justificación sobre los costes de transporte y predictabilidad y por supuesto reservas de capacidad más fáciles y sencillas. Y, finalmente, han logrado una clara tendencia a la armonización de tarifas en toda Europa.

 

La Unión Europea ha aprobado esta regulación sobre TAR NC (Network Code on Harmonized Transmission Tariff Structures for Gas) y deberá estar en marcha en todos los países antes de finales del próximo año 2018.

 

Volviendo a la reunión de Bruselas, estaban allí los reguladores de Francia, Italia, Reino Unido y tantos otros países explicando sus experiencias al respecto,  lo que habían hecho y lo que todavía les faltaba por hacer. Tal vez, por mis propios prejuicios personales, los progresos que comentó Italia me impresionaron más que los de otros países vecinos. Pensé para mis adentros, “¡hasta Italia va por delante de nosotros en este asunto!”

 

De una larga lista de naciones, España y Finlandia son las únicas sin información sobre el proceso TAR NC. Mi pregunta: "¿dónde está mi país, en qué lugar de la lista se encuentra?" La respuesta: una sonrisa cómplice de "no sabemos", que más bien parece querer decir “sí sabemos, pero no queremos decir a vuestra gente cómo tienen que hacer las cosas”.

 

Exactamente no lo sé, pero me lo imagino. Los reguladores europeos tienen su trabajo bien definido. Son organismos independientes del gobierno de turno y regulan el mercado del gas de manera efectiva. En España, esta responsabilidad está compartida entre la CNMC y el MINETAD. Somos el quinto o sexto consumidor de gas de Europa. Me pregunto si es esta dicotomía de la regulación de nuestro mercado de gas es lo que hace que tengamos las tarifas de peaje más caras, con una diferencia abismal con estos seis o diez países de nuestro entorno.

 

GasINDUSTRIAL aboga y trabaja para que las tarifas de peaje para la industria se ajusten a los costes del Sistema y que los organismos competentes hagan a la industria española competitiva en cuanto a los peajes de gas. Ya está bien de pagar el doble que Francia o Italia y tres o cuatro veces más que Alemania. Y si alguien duda, que pregunte a cualquier multinacional, consumidora de gas industrial con centros de producción en Europa. Así de simple.

 

Juan Vila, presidente GasINDUSTRIAL