La encrucijada de la gestión sostenible. ¿Es posible la economía circular?

Equipo de Siderúrgica Sevillana S.A.

 

Los beneficios que la industria española aporta al progreso general de nuestro país, han sido redescubiertos por un sector de la sociedad tras la profunda crisis que se inició en 2007 y cuyas secuelas seguimos padeciendo.

 

Sin embargo, las industrias españolas, en general, no sólo son beneficiosas para España por su contribución a la estabilidad económica, calidad del empleo y por su alto componente tecnológico, sino porque la mayoría de ellas han adquirido una serie de compromisos voluntarios, más allá de las exigencias legales, que les llevan a un destacado desempeño de su actividad en los ámbitos económicos, sociales y ambientales.

 

Esta realidad responde al concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o al de Gestión sostenible.

 

La industria está afectada por multitud de normativa legal y exigencias externas y se desarrolla en un entorno de máxima competitividad. Especialmente, los requerimientos en materia de prevención de riesgos laborales, recursos humanos, calidad de los procesos y productos, protección medioambiental y eficiencia energética son muy exigentes. En este contexto, rara es la compañía industrial que no aplica en su gestión diaria estándares del tipo UNE, EN, ISO, EMAS, GRI… debidamente normalizados y certificados en áreas como el medio ambiente, la energía, la prevención de riesgos laborales, la protección de datos, etc.

 

Estos compromisos voluntarios han llevado a muchas empresas españolas y a muchos sectores a sobresalir como ejemplos de gestión sostenible y socialmente responsable; hasta el punto de que han sido las propias administraciones las que directa o indirectamente están promocionando este tipo de prácticas.

 

En esta situación, desde la industria debemos exigir a los poderes públicos un reconocimiento real y efectivo a las empresas que estamos esforzándonos día a día para hacer de la gestión sostenible, de la economía circular o de la responsabilidad social, algo más que palabras.

 

Sin embargo, las prácticas proteccionistas y algunas políticas y actuaciones públicas pueden ponerla en riesgo. El dumping regulatorio y fiscal está perjudicando a Europa. Es incoherente, de un lado, manifestar la bondad de las exportaciones y de otro imponer a las industrias europeas cada vez más exigencias, así como cargarlas con tributos, burocracia y sobrecostes. Sobre todo cuando, por si fuera poco, los mercados internacionales están llenos de productos de estados cuyos estándares en materia ambiental y social son prácticamente inexistentes. Los productos requeridos por la sociedad civil que la industria europea no pueda suministrar por quedar fuera del mercado, serán sustituidos por otros procedentes de terceros países sin garantía de sostenibilidad.

 

Y ahí es donde nos encontramos, en una encrucijada: las autoridades deben elegir entre una industria localizada en países donde no existen compromisos sociales, económicos y ambientales, o defender y apoyar a la industria europea y española, en particular la siderúrgica que es líder mundial en RSE.

 

Ante esta realidad, los dirigentes tienen que trabajar a favor de la sociedad removiendo los obstáculos que pueden a enterrar la industria, favoreciendo así la economía circular y exigiendo a quienes pretendan introducir sus productos en la UE los mismos requisitos ambientales, sociales y económicos que los que se exigen a nuestras empresas.

 

Obstáculos como los altos precios de la energía, la debilidad de las infraestructuras, las dificultades de desarrollo en materia urbanística, los altos costes del transporte, la desconexión de los centros de formación con el entorno industrial, el exceso de regulación y burocracia o la perjudicial fiscalidad para las industrias, son algunas de las trabas que están lastrando a la industria española.

 

La industria está en la base del desarrollo y del crecimiento económico y es clave para seguir recuperando riqueza y para crear empleo. Los estados que cuentan con una sólida industria y la potencian son los que crecen con garantías de futuro. Nuestro sector es una actividad que precisa planes de negocio a largo plazo con inversiones constantes. Por ello, es un pilar real donde puede apoyarse establemente el sistema económico.

 

Equipo de Siderúrgica Sevillana S.A.