El Mundo, en su edición Castellón al Día, leíamos la información “La cerámica consume un 6% más de gas en 2017”, referente a la buena marcha de la industria cerámica española, como se refleja en el consumo de gas industrial por parte de la cerámica, sobre todo de la mano del sector azulejero, siendo un indicativo fiable de la recuperación del sector y de su escalada hacia la mejoría definitiva. La industria cerámica, que representa la mayor parte del sector de la construcción en la Comunidad Valenciana, consumió casi un 6% más de gas durante el 2017. En concreto, las empresas cerámicas demandaron aproximadamente 14.587 gigavatios en todo el año 2017, cuando la misma cifra se situó en 13.803 GW un año antes, en 2016. Tal como explica el presidente de GasINDUSTRIAL, la perspectiva de la industria para 2018 es positiva en actividad, lo que tendrá su traducción en el consumo industrial de gas. Vila urge que el círculo virtuoso ‘a más industria, más gas’, se refleje en justa medida con una bajada de los costes fijos. El diario señala que la industria consumidora de gas reclama medidas del Gobierno que promuevan la eficiencia y la equiparación de nuestros costes con los del resto de Europa. Para “La factura del gas industrial supera en España los 3.500 millones de euros”, afirma el presidente de la Asociación, quien considera que si “si es la industria la que está generando más ingresos estables al sistema, ese superávit debería revertir en una bajada de peajes para la industria». «La industria es motor de la economía”.

 

El Nuevo Lunes publicaba la Encuesta a Empresarios “Cuáles son en los pactos más urgentes y los más necesarios”, con las declaraciones del presidente de GasINDUSTRIAL, para quien el pacto más importante es el pacto por la industria con un gas competitivo. Tal como indica,  sólo la gran industria y su capacidad de generar empleo de calidad, estable y bien remunerado, puede solventar el principal problema de España, el paro y la precariedad laboral. Y el gran problema de la industria es el alto coste de la energía, un lastre que merma su competitividad. “Nuestra industria es competitiva en mano de obra y en regulación pero los altos costes energéticos la sitúan en clara desventaja competitiva con el resto de industriales europeos, ahuyentando nuevas inversiones y dañando su crecimiento. Nuestro PIB industrial roza el 13%, bajísimo frente al objetivo del 20% de la UE. Pese a que la crisis se está superando ese indicador no crece, le frenan los costes de la energía, eléctricos y del gas, generando que los inversores prefieran establecerse o ampliar en países con un coste energético significativamente menor”, declara Vila. Por ello, en GasINDUSTRIAL estamos convencidos de que solo con un gas competitivo podrá resurgir la gran industria, un resurgimiento que supondrá un ejército de industrias medianas a su alrededor.”El desarrollo industrial es clave, sin industria no hay futuro pero la industria necesita un gas competitivo”.

 

La revista Energía elEconomista, en su edición de febrero, publicaba “A más industria, más gas”, tribuna del presidente de GasINDUSTRIAL, quien reivindica a la industria como el verdadero motor de la economía española y recuerda que es esta la que mantiene la eficiencia del sistema gasista, garantizando su sostenibilidad, debido a que supone más del 60% del consumo total de gas nacional, con una demanda estable y en continuo crecimiento.  

 

 

El 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, Energy News editaba “Se busca mujer, española y directiva, que trabaje en el sector de la Energía”, una pequeña encuesta entre algunas de las mujeres que ocupan cargos directivos en empresas relacionadas con el sector de la energía español. Todas reconocen que la presencia femenina en este negocio es creciente pero también hacen notar que recientemente era prácticamente nula. Entre las directivas se encuentra Verónica Rivière, directora general de GasINDUSTRIAL, que opina que “en sectores como el de la energía la presencia de la mujer es cada día más elevada pero quizás no ha llegado a cotas tan altas como en otros sectores porque precisa una base de ingenierías. Hay que animar a las mujeres a que hagan más carreras técnicas“.