Informe de la Comisión de Expertos de transición energética. Algunas buenas propuestas y otros posibles riesgos

Juan Vila, presidente de GasINDUSTRIAL

 

La descarbonización de la economía y el cumplimiento de los compromisos medioambientales, adquiridos en el Acuerdo París para 2030 y 2050 por la UE y España, son una cuestión prioritaria para el planeta. El informe de la Comisión de Expertos de Transición Energética -recientemente publicado- realiza propone escenarios para la descarbonización y recomienda las políticas adecuadas para guiar la transición energética.

 

Desde GasINDUSTRIAL, y tras un primer análisis del documento, encontramos puntos positivos y también riesgos a tener muy en cuenta y vigilar.

 

El difícil reto de descarbonizar la industria, no más inversiones en el sistema gasista y  traspaso de costes a los PGE

Conforme a los primeros, consideramos positivo es que el informe observe y reconozca la dificultad para descarbonizar los consumos energéticos de la industria. Hoy por hoy, la industria tiene una necesidad de demanda térmica que solo le puede ser suministrada por el gas.

 

Las propuestas han tratado de evitar el riesgo de deslocalización de empresas planteando mecanismos de compensación para las industrias más expuestas a competencia internacional, con exenciones para mitigar el impacto y recomendaciones para que las industrias más intensivas sometidas a competencia internacional dispongan de unos precios energéticos competitivos, así como con medidas temporales en el proceso de transición energética. Nos parece bien que se considere que el sistema gasista peninsular actual es suficientemente robusto para los escenarios analizados y que en principio no necesita de más inversiones. El documento plantea que la demanda de gas aumenta para 2030, lo que previsiblemente hará que se haga un mayor uso a las infraestructuras hasta ahora infrautilizadas del sistema gasista español. En sus análisis, la reforma propuesta tiene un impacto positivo sobre las exportaciones, el PIB y el empleo.

 

El informe recoge que los costes de políticas pasadas se trasladen con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Con este traspaso de costes de Castor y el Contrato de Argelia, la deuda acumulada disminuiría y los peajes que pagamos los consumidores industriales podrían equipararse antes con los de nuestros homólogos europeos siendo por tanto más competitivos.

 

Preocupantes riesgos

Si bien el informe nos deja estos puntos que pueden considerarse positivos, desde GasINDUSTRIAL apreciamos también algunos evidentes riesgos. El primero aparece cuando en alguno de los escenarios de 2050, dejan de tener cabida en el sistema las energías fósiles, algo que requeriría evaluar con extremo cuidado las necesidades de inversión a 2030. Es importante recordar que hay que  planificar la política energética con extrema prudencia. Actualmente, y como consecuencia de decisiones políticas y de errada planificación de la demanda de gas -que nunca se llegó a cumplir- estamos pagando unos de los costes regulados más altos de Europa, es decir muy poco competitivos. Tengamos presente que cualquier intervención hoy puede acarrear cambios irreversibles en el futuro ya que, en todos los escenarios propuestos, la evaluación de los efectos de nuevas infraestructuras sobre las diferentes variables analizadas no presupone su viabilidad económica. El informe no evalúa su impacto sobre la sostenibilidad económica y financiera del sistema gasista porque ese análisis queda fuera del los análisis abordados.

 

Otra cuestión que consideramos que supone un riesgo es la de la construcción de nuevas infraestructuras y regasificadoras en Canarias, cuya viabilidad económica y financiera ya fue analizada en un informe por la CNMC en el que se solicita más información y se cuestiona la viabilidad.

 

Y finalmente y respecto a ciertos costes, se considera que si no es posible pasarlos a los Presupuestos Generales del Estado, se aplicaría la propuesta de Ramsey, fijándose el recargo de forma inversamente proporcional a la elasticidad demanda-precio. Si, en España, el consumidor doméstico consume mayoritariamente gas en invierno -de forma estacional-  y si quiere puede desconectarse, si los ciclos combinados son una tecnología de respaldo, con poco consumo de gas y funcionan intermitentemente, según esta teoría el consumidor industrial cargaría con el grueso de los costes.

 

 

En fin, que los expertos ya han hecho su trabajo y ahora toca esperar a ver qué opina de ello el Ministerio. Claro queda que desde GasINDUSTRIAL, para nosotros los consumidores industriales, en el informe hay algunas buenas propuestas y otros posibles riesgos. El tiempo dirá.

 

Juan Vila, presidente de GasINDUSTRIAL