Encuentre las diferencias: consumidor industrial intensivo de gas en Europa versus en España

Jose Horacio Pérez Valcarce, FERTIBERIA

 

Un consumidor industrial intensivo de gas natural es aquel cuyo perfil de consumo anual se sitúa en torno a los 2,5 Twh, caracterizado por ser un consumo plano las 24 horas al día los 365 días del año, y que está conectado a la red de transporte de gas natural de alta presión por lo que, consecuentemente, no utiliza infraestructuras de distribución. Este consumidor tampoco requiere almacenamientos estacionales, preparados para los ciclos combinados o los consumidores domésticos.

 

Definido su perfil, veamos las diferencias entre el consumidor industrial intensivo en España y el de otros países de nuestro entorno europeo. 

Las diferencias que nos hacen menos competitivos

La primera es que el español no dispone de mercados spot líquidos -como el NBP o el TTF-, que permiten a nuestros homólogos alemanes, franceses o británicos conseguir una molécula de gas natural más económica que la que nosotros pagamos en el mercado español. La segunda y no menos importante, el acceso de terceros a las redes de distribución, es decir los ATR o peajes de acceso son considerablemente más bajos que en España.

Mientras que aquí un consumidor industrial de 2,2 Twh/año en tarifa 1.3 paga 3,32 €/Mwh, en Alemania paga 1,02€/Mwh; en Bélgica, 1,09 €/Mwh; en Holanda, 1,26 €/Mwh; y en Francia  1,74 €/Mwh. En España pagamos más del doble de la media de los países europeos (1,63€/Mwh) y más del triple respecto al país más competitivo que es Alemania.

Los consumidores industriales intensivos europeos están conectados a sus respectivas redes de transporte y no se les aplican costes de distribución. En España, un consumidor de iguales características tiene un coste por distribución -una actividad inexistente- con un peso del orden del 47% de los costes de ATR que se aplican a los consumidores en alta presión. Esto significar que los principios básicos de la Directiva Comunitaria 2003/55/CE -que establece que los peajes deben reflejar los costes reales de cada perfil de consumidor para el sistema gasista- no se cumplen.

Consecuentemente con todo lo indicado, a un consumidor industrial español de gas natural le resulta muy difícil competir con sus vecinos europeos, que disponen de una molécula de gas natural y de unos peajes de acceso bastante más baratos, lo que les permite tener un mejor grado de competitividad.

Los cambios que nos situarían en igualdad de condiciones

Para mejorar la competitividad del gas en España hay que introducir cambios que darán sus frutos a largo plazo. El primero, una implementación efectiva del mercado único del gas, para lo que resulta clave la mejora de las interconexiones gasitas con el resto de Europa. Esto nos permitirá dejar de ser una isla y poder interconectarnos de forma efectiva al resto de los mercados europeos.

En segundo lugar, debe realizarse una mejora del sistema regulatorio gasista, armonizándolo con el del resto de Europa, asegurando que se adecúa y es coherente con las características y necesidades del consumidor industrial español. En definitiva, volvemos a lo mismo: asegurar el cumplimiento de los principios básicos de la Directiva Comunitaria 2003/55/CE.

En conclusión, si España no quiere perder el carro de la competitividad, la industria debe contar con precios del gas natural y peajes de acceso a las redes gasistas (ATR) al menos similares a los de otros países europeos porque no se engañen, nuestra industria es igual de eficiente o más que las de esos países.

 

Jose Horacio Pérez Valcarce

 

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