Gas competitivo para el azulejo español: impulso al líder industrial

Pedro Riaza, ASCER

 

El pasado año, el sector de azulejos y pavimentos cerámicos alcanzó una producción de más de 500 millones de m2 de baldosas cerámicas, un 7,7% más que en el ejercicio precedente, y sus ventas rebasaron la cota de los 3.500 millones de euros, de loa que 2.700 millones corresponden a exportación. Para este año se prevé continuar creciendo a un ritmo de entre el 5 y el 10%.

Mientras que la exportación está en máximos históricos desde 2014, mejorando año tras año, la producción está aún un 20% por debajo de sus máximos de 2006 y 2007, debido a la fuerte caída que experimentó el mercado nacional con la crisis.

La industria azulejera es una de las más dinámicas e innovadoras de España y, junto a la italiana, es líder mundial en calidad, tecnología, prestigio y diseño. Actualmente no hay ninguna otra industria cerámica en todo el mundo más volcada en la I+D+i, en la promoción sectorial en los mercados internacionales y en la valorización del producto. 

 

Nuestra industria tiene una importancia singular para la economía española. Las razones son evidentes:

- Un sector de origen y capital español, puntero en el mundo en tecnología, calidad, prestigio y diseño.

- Primer productor europeo y el segundo exportador mundial en volumen (exporta a todo el mundo, la UE, el Este de Europa, los países del Mediterráneo y EEUU son mercados principales). 

- Tercer sector industrial que más superávit comercial aporta a España, 2.500 millones de euros.

- Y conforma un clúster industrial con un enorme impacto económico, social y laboral en un reducido espacio geográfico (el distrito cerámico castellonense) uno de los ejemplos más destacados de clúster o distrito industrial en nuestro país y en Europa. En la provincia de Castellón se concentra el 95% de la producción nacional. Sus características, el peso económico y social en su región, su capacidad innovadora y de crecimiento y su liderazgo mundial le sitúan como referencia de una industria única, competitiva y sostenible asentada en Europa. 

Pocos sectores industriales en España, de origen y capital español, son líderes mundiales.

 

El gas, factor de competitividad

 

La industria cerámica es una de las principales consumidoras industriales de gas natural en España. Su actividad coloca a la provincia de Castellón entre las tres de mayor consumo nacional, al nivel de Madrid y sólo por detrás de Barcelona. En 2017 el consumo alcanzó los 14.000 GWh, un 7% más que el año anterior. 

 

La elevada demanda energética principalmente en forma de calor y al mismo tiempo de energía eléctrica (en menor medida), hacen de la cogeneración una herramienta de competitividad del sector. Los costes energéticos llegan a representar el 30% de los costes de producción de las empresas, por tanto, un precio competitivo del gas es fundamental para poder seguir siendo líderes en los mercados. 

 

Para el sector, el gas natural es -hoy por hoy y en el medio plazo-, un combustible indispensable para el proceso productivo. Es fundamental tener unos costes energéticos que nos permitan ser competitivos y para poder seguir siendo un sector líder a nivel mundial. 

 

En la estructura de costes del precio final total del gas natural en nuestro país, el coste de la materia prima representa sólo el 54%, y si nos fijamos en los costes de acceso (peajes), los españoles pagamos el doble que los franceses, seis veces más que los alemanes y ocho veces más que los italianos, nuestros principales competidores. 

 

Ante esta alarmante desventaja competitiva de nuestra industria frente a la de otros países vecinos, el Gobierno debe reconocer el enorme esfuerzo de los industriales en estos años y poner en marcha medidas de apoyo real y de fomento de su competitividad. Es preciso que se reconozca el papel de la industria exportadora como palanca de la recuperación económica. Por ello planeamos al nuevo Gobierno cinco medidas claves para la competitividad de la industria consumidora de gas:

1. Eliminación del impuesto de hidrocarburos, que es una carga insoportable para la actividad exportadora. El gas que la industria española consume no guarda relación con el déficit tarifario, y por ello no debía ser instrumentalizado a ese fin. El impuesto de hidrocarburos, unido al impuesto a la generación eléctrica y junto a la reforma del régimen retributivo a las cogeneraciones, han atacado directamente a la línea de flotación del sector azulejero español.

2. Adecuar los peajes o costes de acceso del gas y electricidad para que solo incluyan costes asociados a las redes. No podemos seguir sufragando costes que nada o poco tienen que ver con el acceso a las redes.

3. Potenciar la utilización de las infraestructuras de gas natural. Las plantas de regasificación y en general el sistema gasista está infrautilizado. Urge incrementar la demanda nacional con precios competitivos para aumentar el consumo, del mismo modo que es necesaria una reducción de la excesiva retribución de las inversiones existentes.

4. Vigilar las futuras inversiones para que no se repita otro Castor. 

5. Desarrollar e impulsar MibGas para incrementar la competitividad de los precios y la transparencia del mercado. Debe dársele un fuerte impulso para que sea referencia real de precios y que los industriales podamos acudir con seguridad a comprar al hub ibérico.

 

Es vital contar con una política industrial y energética adecuada y una estructura que favorezca la mejora continua de las condiciones de competitividad. De esta forma, se facilitará un crecimiento sostenible y su consecuente contribución al país en su conjunto en términos de generación de riqueza, empleo, y productos avanzados.

 

Pedro Riaza, ASCER