Verónica Rivière, director general GasINDUSTRIAL
La pasada semana, la CNMC publicaba en su web el acuerdo para remitir al Consejo de Estado la Circular sobre retribución de la actividad de transporte y regasificación de gas natural, por tanto son cinco, de las siete circulares relativas a la nueva normativa del gas, las que han pasado ya al órgano consultivo.
En esta última circular se eliminaba progresivamente, durante el periodo regulatorio, la Retribución por Continuidad de Suministro. En el documento, ya remitido al Consejo de Estado, se lamina aún más este concepto sobre el que la CNMC decía: “el RCS es un concepto retributivo sin contraprestación explícita para los consumidores, con una función de ajuste entre la retribución percibida por las empresas transportistas antes y después de la revisión introducida por la Ley 18/2014, pudiendo ser una de las causas que dan lugar a valores elevados del ROE de las empresas del sector.”
En el periodo regulatorio, que comprende del 4 julio de 2014 al 31 de diciembre de 2020, la sobre-retribución derivada de la aplicación de la retribución por continuidad de suministro en la actividad de transporte, se estima que alcanzará los 1.549.656.720,43 euros y la sobre-retribución generada debida a la aplicación de la retribución por continuidad de suministro en la actividad de regasificación ascenderá a unos 443.312.200,32 euros. Es decir, habrá unos 2.000 millones de euros de sobre-retribución pagados entre 2014 y 2020, a los que se deberá sumar otros 1.000 millones de euros adicionales durante el periodo de 2021 a 2026, debido a la eliminación progresiva de la RCS.
Esta semana continúa el debate en el seno de la CNMC de la circular de Distribución. En su informe de julio, la CNMC decía: "las empresas distribuidoras están percibiendo de manera global una sobre-retribución anual de 586,4 millones de euros, importe que se corresponde con la retribución por inversión de activos que se encuentran amortizados”, aunque en su propuesta original laminaban progresivamente los activos ya amortizados bajo el concepto Retribución Transitoria de Distribución, que son 879 millones de euros.
Para el periodo regulatorio 2021-2026, el coste total acumulado de activos ya amortizados rondaría los 1.683 millones de euros de los que solo se eliminarían progresivamente 879 millones, pero si el borrador actualmente en debate reduce a la mitad dicha cantidad, como avanza la prensa especializada, habrá entonces una sobre-retribución adicional de más de 2.000 millones de euros durante el periodo regulatorio.
Estos dos conceptos de solo tres letras RCS y RTD sumarían un total 5.000 millones de euros que se han pagado y se continuarán pagando hasta el año 2026. Retribuciones y peajes son dos caras de la misma moneda, por lo que el consumidor de gas soportará cargos cruzados para contentar a unos cuantos fondos de inversión.
La circular de mayor impacto industrial
Una vez fijadas las retribuciones, rentabilidades razonables y sobre-retribuciones laminadas, le llegará el turno a la Circular de mayor impacto en la industria: la de peajes. En los últimos diez años, los peajes que paga la industria se han incrementado más de un 60%, dañando severamente su competitividad. La industria espera y confía en que el desarrollo de la nueva metodología de peajes sea un instrumento eficaz para adaptar el modelo vigente al objetivo de reconducir los evidentes desequilibrios observados y constatados por la CNMC.
Las once asociaciones de industrias consumidoras de gas que nos unimos hace unos cinco meses para trabajar en las propuestas de las circulares que la CMNC debe aprobar y que constituirán el nuevo marco normativo del gas, consideramos que si existe la evidencia de un modelo retributivo injusto y que conduce a la sobre-retribución, no debe perpetuarse por miedo a los fondos de inversión. Somos la industria, pequeños, medianos, grandes y muy grandes consumidores de gas de muy distintos sectores de actividad que mantenemos empleo estable y de calidad, que exportamos, innovamos y generamos bienestar en los entornos en los que estamos implantados. Las once asociaciones hemos presentado juntos nuestra realidad, argumentos, análisis y propuestas y no podemos menos que seguir confiando en que la nueva normativa del gas sea el camino hacia un gas competitivo para la industria española, esa que es motor la economía nacional, ahora más que nunca con la recesión que ya se ve venir. Necesitamos gas competitivo para empujar al país hacia el futuro.