Las circulares que han de conformar la nueva normativa del gas en España siguen avanzando. Este mes, dedicamos esta sección a mostrar cuál es la situación real de la competitividad del gas para el consumidor industrial español. El lector puede descargarse este informe a continuación.
La industria es la base del sistema gasista suponiendo un 60% del consumo total nacional y siendo química, azulejo y cerámica, alimentación, siderurgia y papel los principales sectores grandes consumidores de gas en nuestro país.
La industria manufacturera española paga más por el gas que consume que cualquiera de sus homólogos europeos con los que compite. El exceso en los peajes no se reduce únicamente a un término concreto, sino que es generalizado una realidad que hace que el coste total del gas mediante GNL, que presenta precios más competitivos para el consumidor industrial, resulte menos atractivo en España que en el resto de los países de su entorno. Las continuas subidas de los peajes al sector industrial durante la última década han generado una pérdida de competitividad respecto a las industrias de los principales países europeos. En los últimos 10 años el incremento de los peajes que ha sufrido la industria ha sido superior al 60%
En cuanto a los borradores de las circulares de las retribuciones del sistema gasista, en cuanto a la retribución al transporte y regasificación, se dice que el RCS es un concepto retributivo sin contraprestación explícita para los consumidores, con una función de ajuste entre la retribución percibida por las empresas transportistas antes y después de la revisión introducida por la Ley 18/2014, pudiendo ser una de las causas que dan lugar a valores elevados del ROE de las empresas del sector. La CNMC dice en su borrador que “la necesidad de la Circular viene determinada, además (…) por el hecho de que las empresas obtuvieran en el periodo regulatorio actual, rentabilidades de los recursos financieros invertidos superiores a lo que sería una rentabilidad adecuada para una actividad de bajo riesgo, mientras que los consumidores han visto incrementados notablemente los importes que debían sufragar a través de peajes y cánones. El desarrollo de una nueva metodología retributiva es el instrumento más eficaz para modificar/adaptar el modelo retributivo vigente al objeto de reconducir los desequilibrios observados.”
En cuanto a los borradores de retribución a la distribución, se dice que "las empresas distribuidoras están percibiendo de manera global una sobre-retribución anual de 586,4 millones de euros, importe que se corresponde con la retribución por inversión de activos que se encuentran amortizados.
En la retribución de las actividades reguladas de transporte y de regasificación de gas natural, en el periodo 2021-2026 se seguirá pagando la Retribución por Continuidad de Suministro y superará los 1.000 millones de euros.
En la retribución de la actividad regulada de distribución, las empresas distribuidoras están percibiendo una sobre-retribución anual de 586,4 millones de euros, importe que se corresponde con la retribución por inversión de activos que se encuentran amortizados.
Desde GaINDUSTRIAL, los consumidores industriales de gas hemos presentado alegaciones a estas circulares en línea con nuestros principios fundamentales e irrenunciables para poder disponer de un gas competitivo. Consideramos que los consumidores de gas sólo deben pagar única y exclusivamente por peajes los costes que les corresponden por el uso que hacen de las infraestructuras necesarias para su suministro, en línea con la Directiva 2009/73/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 13 de julio de 2009, sobre normas comunes para el mercado interior del gas natural y por la que se deroga la Directiva 2003/55/CE.
La metodología de peajes para la industria debe reflejar en las correspondientes tarifas la reducción en las retribuciones de las actividades reguladas. La metodología elegida para el cálculo de los peajes no puede llevar a que surjan grupos tarifarios en los que también se localizan sectores industriales que no solamente no se vean beneficiados por el recorte de las sobrerretribuciones que ha pagado la industria, sino que empeoren sus costes respecto a la situación actual.
Con un gas competitivo, nuestra industria será más exportadora, tendrá más actividad y generará más empleo de calidad, aumentando así el peso de la industria en el PIB -algo que España necesita de forma prioritaria-, haciendo al país más fuerte y con mayor bienestar social.