Verónica Rivière, presidenta GasINDUSTRIAL
En los informativos televisivos, los espacios del tiempo lucen ya copos, paraguas y símbolos mientras nos narran bruscas caídas en las temperaturas. Las heladas son las protagonistas, mientras las alertas campan por sus fueros ante la inminente llegada de fuertes fríos, abundantes lluvias y copiosas nevadas, a la par que AEMET activa los avisos amarillos. ¡La industria sí que está de aviso amarillo!
Tras el paso del temporal Filomena allá por enero pasado, la media mensual del precio del gas de Mibgas fue de 28,33€/MWh con una punta de 55,18€/MWh el 8 de enero de 2021. En junio pasado, a las puertas del verano, la industria se puso en alerta amarilla. Sí, sí, en alerta amarilla. Los precios fueron creciendo y creciendo y las filomenas parecían no tener techo. Así llevamos seis meses, con medias mensuales totalmente insostenibles que dejan el precio de la Filomena en un puro chiste. Nuestros últimos datos se sitúan en más de 94, 37€/MWh.
Esta preocupante alerta amarilla en la industria ha ido tensionándose progresivamente, creciendo más y más desde el 8 de septiembre —fecha en que superamos la punta máxima de Filomena—, y desde entonces el precio no ha bajado. Demasiado tiempo: más de cien días sufriendo filomenas diarias con precios desorbitados que incluso han llegado a duplicar la citada punta de enero.
Desde GasINDUSTRIAL, cuando confirmamos que esta situación no era en absoluto anecdótica, hemos venido llamando la atención de la Administración, solicitando medidas urgentes y excepcionales al regulador y al Ministerio para la Transición Ecológica para evitar que las cosas vayan a peor. Siempre vale más mitigar a tiempo que rondar mil años y dejar que el tema llegue a mayores. Estamos seguros de que es más fácil socorrer al nadador y ayudarle a salir del agua cuando el oleaje arrecia y la resaca tira, que esperar a sacarle ahogado e intentar resucitarlo.
En las industrias gasintensivas, el peso de los costes energéticos sobre los de fabricación ha saltado exponencialmente. Y a esto se le añade la subida de las materias primas, de los fletes y de los diferentes transportes… junto a graves problemas de desabastecimiento. Toda ello configura una realidad realmente crítica. Por eso, las medidas que pedimos al Gobierno de España los industriales consumidores son urgentes y sobre todo factibles: una rebaja en el impuesto del IVA y en el impuesto de Hidrocarburos. Este apoyo posible y necesario sería un balón de oxigeno para aquellas industrias con dificultades financieras o con las cuentas más tensionadas.
Desgraciadamente, ya tenemos industrias paradas por imposibilidad de asumir estos precios del gas tan exageradamente altos. Desde la asociación hemos solicitado dar flexibilidad al caudal contratado en las industrias que han tenido que parar, como ya se hizo durante el confinamiento, una medida que siendo extraordinaria y temporal, aliviaría y flexibilizaría los costes de producción de la industria.
Para cerrar este paquete de apoyo a la industria consumidora de gas tan ferozmente afectada por el alza de precio, hemos solicitado a la CNMC que baje los peajes ya, sin tener que esperar a octubre del año que viene. Puede hacerse y es tremendamente necesario. La circular 6/2020 de los peajes de gas habilita a la CNMC a modificar excepcionalmente los peajes. El artículo 37 dice exactamente que “se podrán modificar los peajes de acceso a las redes locales y a las instalaciones de regasificación una vez iniciado el año de gas, si se producen circunstancias excepcionales debidamente justificadas”. Para hacer descender los peajes se podría utilizar el superávit de ingresos regulados del año 2020, es decir acudir a los 185 millones de euros que se recaudaron de más, debido a una estimación de demanda conservadora y el superávit previsto para final de año. La liquidación 8/2021 va por el mismo camino de generar un superávit, incluso todavía superior. En lo que va de ejercicio, los ingresos han sido un 17,2% superior a los previstos, por lo que es más que probable que tengamos un superávit similar al del año 2019, que alcanzó los 353 millones de euros. Urge utilizar el superávit generado estos dos años para bajar los peajes sin tener que esperar a octubre 2022, una medida que no crea déficit y que no es estructural y está permitida por la regulación. Hagamos algo ahora o será demasiado tarde.
Han transcurrido más de cien días, mucho más, superando la punta de Filomena, lo que es sin dudarlo una circunstancia excepcional debidamente justificada. La industria necesita ayuda, medidas que en lo posible la permitan maximizar su producción, manteniendo la actividad y el empleo asociado. A la industria el invierno le ha llegado hace tiempo y está haciendo estragos. Pedimos al Gobierno de España que tenga en cuenta todo lo mucho que la industria da al país, a la generación de riqueza, al empleo, a la innovación, a la exportación… denle un paquete regulatorio de ayudas para que pueda sobrevivir al esta heladora coyuntura.
Verónica Rivière
Presidenta GasINDUSTRIAL