La industria se asfixia sin medidas inmediatas

 

Verónica Rivère, presidenta GasINDUSTRIAL

 

Los consumidores industriales de gas despedimos 2022 con la publicación del Real Decreto-ley 20/2022 de medidas de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Ucrania, sin duda una norma no exenta de luces y sombras para la actividad de nuestras industrias. 

 

El RDL reactiva el mecanismo de flexibilidad del caudal contratado con independencia de la evolución de Mibgas, que tras cotizar diez días por debajo de 60€/MWh hizo que la medida se cancelara. Ahora, su modificación permitirá cinco bajadas de caudal contratado hasta fin de año, facilitando a las industrias una herramienta de gestión ante las altas volatilidades e incertidumbres del mercado. Además, se prorroga la reducción del IVA todo el ejercicio y nuevamente queda exento el pago del canon de almacenamiento estratégico por encima de los 20 días. 

 

Estas positivas medidas son bien acogidas por la industria pero no podemos engañarnos ya que esconden sus sombras. La norma incluye una línea de ayudas para la compensación de los costes adicionales por aumento excepcional de precios del gas en 2022,  basada en el punto 2.4 del Marco Temporal de Crisis, relativo a las medidas de ayuda estatal para respaldar la economía tras la agresión de Rusia a Ucrania (Comunicación de la Comisión 2022/C 426/01).  Desde GasINDUSTRIAL ya veníamos reclamando —desde marzo 2022—  el desarrollo de este punto y la ampliación de las ayudas, equiparándolas a las del resto de los países europeos. 

 

Lo que a simple vista puede parecer positivo, no lo es tanto si tenemos en cuenta la crítica situación que viven las industrias gasintensivas: las medidas se plantean a seis meses cuando lo que precisamos es que se actúe de inmediato. La ampliación de las ayudas para la compensación de los costes adicionales de los precios de gas demora la solución de asfixia de nuestras empresas. Mientras, Francia adelantó ya estas ayudas en mayo del año pasado y las amplió a final de ejercicio. 

 

El citado punto establece las ayudas para empresas de “elevado consumo energético” cuyas compras energéticas  —incluidas las que no sean gas natural o electricidad— representen al menos el 3% del valor de la producción o del volumen de negocio. Así, otra vez más llueve sobre mojado y el criterio del Gobierno para otorgar las medidas se hace por CNAE (Clasificación Nacional de Actividades Económicas) y no por la intensidad de consumo de gas, dejando fuera a industrias esenciales gravemente afectadas por el alza desbocado de los precios del gas. 

Procede y urge un reparto detallado y alineado con la normativa europea. El CNAE no es un índice de intensidad energética. Desde GasINDUSTRIAL reclamamos un Estatuto del Consumidor Gasintensivo para un reparto que refleje realmente una calificación en función del consumo energético y que valore el peso de las compras de energía sobre la producción.

 

Mientras la industria española agoniza a la espera de medidas inmediatas nuestros competidores europeos reciben ayudas directas e inmediatas de sus Gobiernos.  Alemania y Francia aplican políticas efectivas para que la competitividad de su industria no se dañe. En Portugal se hace un descuento directo en la factura de gas de 40€/MWh hasta 1.000 millones de euros. La industria española está siendo discriminada y colocada en clara desventaja frente a sus competidores europeos a los que los altos precios no afectan porque sus gobiernos les amparan. 

 

La situación es muy grave. La industria gasintensiva está entrando en “shock”, como evidencia la caída del 36,9% de la demanda industrial de gas en diciembre pasado. El peso de los costes energéticos sobre los de fabricación ha saltado exponencialmente, la subida de las materias primas y de los fletes y los problemas de desabastecimiento impactan negativamente en la industria hasta reducir pedidos y la producción se deslocaliza a países con costes energéticos más competitivos. Seamos conscientes de que la industria es la base de nuestra economía y se la está asfixiando. Necesitamos “oxígeno”, es decir medidas valientes que permitan seguir produciendo y exportando.

 

Verónica Rivière

Presidenta GasINDUSTRIAL