La industria gasintensiva se enfrenta a la pérdida de competitividad

Verónica Rivière, presidenta de GasINDUSTRIAL

 

El 7 de noviembre celebramos la cita anual de la industria gasintensiva. Este año, bajo el lema de Industria gasintensiva: Estrategias para un futuro desafiante, en el Foro Industrial del Gas reuníamos a industriales gasintensivos y al sector gasista para reflexionar sobre la actualidad de los consumidores gasintensivos y analizar las estrategias de futuro, en un contexto extremadamente complicado e incierto para nuestras industrias. 

 

GASINDUSTRIAL ha cumplido ya ocho años de actividad, un tiempo en el que la asociación se ha consolidado como representante institucional de la industria consumidora de gas, con el objetivo de defender sus intereses y de lograr un gas competitivo con un precio similar al de nuestros competidores más directos del resto de países europeos. 

 

El año pasado, en este mismo Foro mostrábamos nuestra preocupación por la fuerte destrucción de la demanda industrial. Han pasado doce meses y continuamos sufriendo los altos precios y las mismas volatilidades que entonces afectaron tan gravemente a la industria y que desplomaron el consumo de gas hasta reducirlo entre el 35 y el 40%. Entonces también, en nuestro deber y labor de trasladar los intereses industriales, solicitábamos medidas urgentes alineadas con las ya concedidas a toda nuestra competencia europea. Se trataba de no quedarnos atrás, de no perder ni un ápice más de competitividad, por lo que pedíamos que se diera prioridad a la industria en la agenda política de España.

 

Pues bien, ha pasado un año que ha estado caracterizado por una levísima recuperación de la demanda de gas industrial pero que ni de lejos ha llegado a estar en niveles normales. Desde el pasado febrero nos hemos estabilizado en una caída del 20% del consumo de gas respecto a un año, llamémosle normal o de consumo tipo medio habitual. Esta realidad refleja, ni más ni menos, la evidencia de las enormes dificultades que atraviesa la industria gasintensiva en nuestro país. En este contexto, estamos viendo cómo se produce una deslocalización de la producción, la falta de competitividad desplaza la producción nacional, aumentan las importaciones, se reducen pedidos aquí que van hacia países con costes energéticos más competitivos, hay un enfriamiento real de la economía y, lo más preocupante, en este difícil panorama vemos que España se queda a la cola de los impulsos a las industrias nacionales mientras en el resto de Europa los industriales reciben más ayudas, de mayor importe y con mucha más celeridad. 

 

En nuestra misión por favorecer medidas que faciliten costes del gas más competitivos para nuestras industrias, mantenemos vías de interlocución fluidas y permanentes con las instituciones. Nuestra relación es directa y continuada con el Ministerio para la Transición Ecológica, con el Ministerio de Industria, la CNMC, Mibgas, el Gestor Técnico del Sistema, transportistas, distribuidores y comercializadores. Y en esa cercana relación, nos satisface comprobar que, en todos ellos, encontramos permeabilidad a nuestras posiciones y empatía ante nuestros problemas y que, con todos ellos, podemos colaborar como un interlocutor transversal y proactivo que representa con lealtad los intereses de la industria española consumidora de gas, que representaba más del 60% del consumo y que es clave para la sostenibilidad del sistema.

 

Desde GasINDUSTRIAL hemos solicitado diversas medidas fundamentales para nuestras industrias y que, con más demora de la deseada, han visto sus frutos. Hablamos de flexibilidad en la contratación de la Qd, reducción de los peajes de gas y una parte de las del Marco de Ucrania. Sin embargo, es evidente que estos apoyos son notoriamente insuficientes porque además de retrasarse casi 20 meses no cubren las necesidades de todas nuestras industrias, la clasificación por Cnaes ha resultado discriminatoria dejando fuera a industrias gasintensivas que en Europa sí han recibido ayudas antes que las nuestras y de mayores importes que las nuestras. Es imposible mantener la competitividad cuando las medidas aplicadas en España suponen importes muy inferiores a los de nuestra competencia y llegan un año más tarde. Sobra señalar, para entender esta desigualdad competitiva, que nosotros seguimos esperando las ayudas de 2022 cuando nuestros competidores están recibiendo las de 2023. Juzguen ustedes mismos.

 

Este complejo panorama dibuja para la industria una realidad crítica. La industria no puede seguir los tiempos de la política, esto es economía real, y en la economía real la competitividad se deteriora sin entender de plazos ni de condicionamientos administrativos.

 

Seguimos solicitando medidas de apoyo industrial, medidas que otros países europeos ya han desplegado. Seguimos insistiendo en el Estatuto del Consumidor gasintensivo, continuamos reclamando que la clasificación realizada por Cnaes no es correcta, solicitamos la ampliación de ayudas directas ya publicadas en el Marco Temporal de apoyo a las industrias, como ha hecho Francia, Alemania, Italia o Portugal. 

 

No queremos ser un sector subvencionado, simplemente solicitamos el mismo tipo de medidas que se han implementado en Europa y han distorsionado el mercado para nuestras industrias.

En la parte positiva, podemos decir claramente que la industria ya ha dejado de caer y que incluso parece que se va recuperando una parte de lo perdido, y precisamente por ello ha llegado el momento de coger impulso para recuperar los niveles habituales de la prepandemia.

 

Sé perfectamente que todos compartís conmigo que la industria necesita impulso, con unas condiciones en el entorno que la permitan seguir produciendo y exportando, es decir: revertir la situación de poca competitividad a la que la industria se ha visto abocada. Hay que frenar la deslocalización de la producción hacia otros países porque, hoy por hoy, vamos en el furgón de cola de Europa en lo que respecta a protección de la industria consumidora de energía, cuando todos sabemos que la industria es el motor del país, la generación de riqueza, de empleo estable, de innovación, de inversión... Por eso esperamos que el Gobierno de España y el de Europa tengan en cuenta todo lo mucho que la industria da.

 

Verónica Rivière, presidenta de GasINDUSTRIAL