Costes fijos del gas, la china en el zapato de la industria

Juan Vila, presidente de GasINDUSTRIAL

 

Las industrias españolas consumidoras de gas apoyarán aquellas medidas del Gobierno que promuevan la equiparación de nuestros costes del gas con los de nuestros competidores de otros países europeos. España necesita impulsar la competitividad de su industria, que es el mayor motor de su economía y que juega un papel fundamental en la creación y mantenimiento de un empleo estable y de calidad, por eso cualquier iniciativa en ese sentido sería bienvenida.

La industria va bien. Y eso tiene efectos positivos en todos los ámbitos. Los datos publicados esta semana por el Banco de España de balanza de pagos de noviembre del año pasado confirman que las exportaciones de bienes y servicios siguen creciendo a buen ritmo, el sector exterior mantiene pues el impulso. Y la EPA nos dice que es también la industria la que presenta un claro dinamismo de creación de empleo en todos los sectores, principalmente textil, alimentación y químico.

 

La industria es el mayor consumidor de gas de España, representando más del 60% del consumo nacional. En 2017, el crecimiento de la demanda de gas en nuestro país creció un 9% impulsado fundamentalmente por el consumo industrial que se elevó un 7%, siendo las empresas cogeneradoras y el sector metalúrgico los protagonistas que marcaron ese incremento. Pero además la demanda industrial es estable y va en continuo crecimiento desde hace ya muchos años, por lo que sin ningún género de dudas podemos afirmar que la industria es un pilar fundamental para la eficiencia del sistema gasista y una garantía para su sostenibilidad. Cuanto más crece la producción industrial, más se eleva el consumo de gas. La factura industrial de gas está en torno a los 3.500 millones de euros anuales.

 

España tiene que potenciar e impulsar el desarrollo industrial, es la clave para el progreso del país. La industria española tiene que continuar creciendo para exportar más y generar más empleo. La clave está en elevar sus niveles de competitividad, en ser más competitivos y para ello hay un escollo, una china que todos los industriales notamos en nuestro zapato y que nos impide caminar a buen ritmo por los mercados globales: los costes fijos del gas.

 

Competimos con Alemania, Francia o Italia y en esa batalla nosotros vamos cojos por la china en el zapato que suponen nuestros costes regulados, que llegan a ser hasta cuatro veces que los que pagan nuestros homólogos de otros países europeos con los que nos medimos en los mercados globales. En diez años, España ha pasado de tener precios de gas muy competitivos para su industria a estar en la zona de menor competitividad. Ese es un gran problema que nos coloca en desventaja en el juego de la competencia internacional: los costes energéticos. 

 

Parece lógico que si la industria colabora con su crecimiento a una mejor situación del sistema gasista porque consume más y por tanto eleva su factura esta aportación traiga consigo que al incrementarse la demanda se produzca una mejor distribución de los costes fijos del gas para los consumidores. Este ajuste se convertiría en una inyección de competitividad para la industria, lo que supone más exportaciones y más empleo en un círculo virtuoso positivo para la industria y para el gas.

 

En ese sentido, las iniciativas del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital que se han ido haciendo públicas en materia de política energética, podrían tener consecuencias positivas y hacer que la china en el zapato de los industriales fuera poco a poco minimizándose. No tenemos conocimiento suficiente sobre el contenido y el recorrido de estas posibles medidas ni si lograrán llevarse a término, pero lo que está claro es que si su consecuencia es una armonización de los costes del gas para la industria en relación con los de nuestros competidores europeos, es decir si esta optimización de costes hacia la eficiencia debe verse reflejada en los peajes que pagamos, los industriales españoles consumidores de gas estaremos encantados de apoyarlo.

 

Juan Vila, presidente de GasINDUSTRIAL